A merced de condiciones ambientales y biológicas en constante cambio, la pesca silvestre sigue siendo una empresa de alto riesgo y muy incierta. Cada vez que los barcos de Pesca Azteca salen, es casi imposible predecir el tamaño de la captura con la que regresarán. Esto dejó al Grupo Pinsa dependiendo de cálculos aproximados para planificar la producción y la entrega, y con un riesgo elevado de discrepancias entre el suministro previsto y el real, lo que podría resultar costoso para la empresa.
Sergio Alcaraz Pérez, gerente de Infraestructura de TI de Pesca Azteca, brinda un ejemplo: “Digamos que planificamos la producción de 1000 latas de atún, pero nuestros barcos capturaron mucho más que eso. Sólo sabríamos el tamaño real de la captura una vez que la flota regresara al puerto. No es fácil ampliar la escala para dar cabida al aumento del suministro en tan poco tiempo. También tenemos que encontrar espacio para almacenar el pescado fresco antes de procesarlo, así como los productos finales.